domingo, 17 de abril de 2011

9

1.Me enamoré nueve veces de manera incondicional y puedo decir que esos amores serán para siempre.

2.El mejor momento del día es antes de irme a trabajar, voltear y poder ver a los ojos de mi gata y saber que al regresar la encontraré en el mismo lugar esperándome.

3.El sonido más dulce es escuchar 9 ronquidos distintos en medio de la noche.

4.La mirada más linda es la de mis perros luego de haber hecho alguna travesura.

5.Los mejores reclamos vienen con 5 maullidos y 4 ladridos diferentes.

6.Los inviernos favoritos son cuando los 9 se suben a la cama.

7.Saberlos de memoria y poder recitarlos con los ojos cerrados.

8.Mirar a mi perra y poder ver a la misma cachorra que conocí hace 15 años.

9.La certeza de llegar a casa y saber que 9 corazones laten fuerte porque minutos antes de abrir la puerta ya reconocieron mis pasos.

sábado, 9 de abril de 2011

Mini vejigas

Al parecer tener pene te da licencia para poder orinar en la vía pública ¿Qué sucede con las vejigas de los hombres? ¿Se las hicieron extra small? ¿No han desarrollado acaso el superponer del control sobre sus esfínteres? ¿Qué hay de las reglas básicas de convivencia? ¿La sociedad protectora de arboles podría pronunciarse? ¿No es un acuerdo social tácito el NO orinar en las calles? Quisiera conocer a un hombre que me diga que jamás orino en la calle.

Criados para el exhibicionismo, empecemos por el problema de raíz, los urinarios .Hablaba con un hombre sobre mi curiosidad sobre cómo pueden pararse uno al lado del otro y simplemente exponer sus genitales mientras sostienen una charla y descargan líquidos. Pero mayor fue mi sorpresa al ser informada sobre los acuerdos implícitos que existen entre los hombres en un urinario como, por ejemplo, “Nunca mirar el pene del vecino” bajo ninguna circunstancia. Para los hombres esto es sagrado y quien baje la mirada, entonces, esta declarando su homosexualidad a los cuatro vientos. Incluso los publicistas aprovechan esta regla para colocar, de manera, estratégica la publicidad en la parte alta de los urinarios. Asimismo y en pro de la higiene se prohíbe estrechar manos segundos después de haber hecho uso del urinario.

En mi opinión, pienso que tener un pene cuando de orinar se trata es un instrumento, por dónde los mires, muy práctico. Mi protesta no sólo va en contra del poco pudor que tienen los hombres para cometer actos cuasi nudistas en plena vía pública. Por el contario y, creo que muchas mujeres, cuando hemos estado en la desesperación por encontrar un baño se nos ha pasado por la mente “si yo tuviera pene podría orinar libremente”.

En tiempos dónde se valora el desarrollo humano creo que se debería de proponer la creación de uripuertos dónde los hombres pudieran descargar sus pequeñas vejigas cuando les plazca. Estos uripuertos van dirigidos, en especial, a los taxistas y microbuseros quienes, creativamente, se las agencian orinando cómo animales que marcan territorio en arboles o, los mas pudorosos, cargan su botella de plástico. Por último, quiero aclarar que si yo tuviera pene no orinaría en las calles, soportaría cual mártir hasta llegar al baño o urinario más cercano.