lunes, 7 de enero de 2013

El que busca...



Se le acabaron los adjetivos calificativos sumamente ofensivos para con la ex novia de su actual compañero amoroso. No sólo le cambió su nombre por “perra” sino que le agregó “sucia” y “maldita”. Lo que ignora es que la principal responsable de su actual dicha romántica es la “canina sin bañar” que decidió hace muchos meses dar por terminada la relación con el ahora objeto de sus altas y más bajas pasiones. 

¿”A lo pasado, pisado”? Escudriñar en la vida amorosa de la nueva pareja es como comprar una casa y obsesionarnos con quién vivió antes y qué hizo en cada rincón del recinto. “X” ha decidido atormentarse con el pasado; una tarde mientras él estaba tomando una ducha, ella abrió su computadora y se encontró con fotos para mayores de 18 años de nada más y nada menos que de la “canina sin bañar” (versión nudista). Sus manos estaban frías y el corazón le latía a mil por hora mientras consumía esas imágenes de la carpeta “Fotos Diseño 1”, era una película siniestra donde cada fotograma era una daga para sus ojos. A medida que iba avanzando, la secuencia desnudista se ponía más picante y el maravilloso cuerpo de la protagonista sólo logró que “X” la odiara aún más. Cuando el “critico de fotografía porno” salió de tomar su relajante baño, la encontró serena y sonriente. Es decir, en el segundo que decidió transgredir la confianza del muchacho, perdió el derecho a réplica. 

Bienaventuradas las que no tienen un pasado amoroso porque ellas no serán llamadas “perras” ni “zorras” por la nueva novia de su ex.