martes, 30 de julio de 2013

Cautiverio

El cautiverio de oficina aflora lo peor en cada uno de los individuos. Una convivencia obligada alentada por el factor económico y justificada por los logros profesionales.


Una jungla capitalista dónde los correos electrónicos deben de ser cuidadosamente almacenados y enviados con copia oculta acompañado por un estratégico: “como lo conversamos, te escribo para…”.

Cada comentario debe de venir acompañado de una buena ración de cautela y discreción. No obstante, éste debe de alistarse para ser bien sazonado, frito y servido en alguna lengua.

Es importante ganar la aprobación de los miembros más fuertes de la manada. Es decir, quienes están en lugares jerárquicos en el organigrama. Dichos miembros deben de cuidarse de los animales más débiles pues estos se encuentran listos para sacar las garras ante cualquier oportunidad de toma de poder.

Los errores en el ambiente laboral son un deleite. Motivo de cuchicheo y goce para los pares. Gatos jugando con un ratón.

Las horas de almuerzo son la panacea de cualquier miembro de la PEA. Barriga llena, corazón contento. Hay que tolerar comentarios como: “¿Sólo eso vas a comer?”, “¿No vas a comer?” o “¿Qué trajiste hoy?”.

“El cautiverio aflora lo peor en todas las especies”, célebres palabras de mamá hasmter mientras se traga a sus crías.

martes, 9 de julio de 2013

La necedad es un perro tratando de masturbarse

Admiro la convicción con que los perros se masturban en piernas ajenas. Esa entrega total ante el deseo, logra que su voluntad se vuelva terca y no existan obstáculos. La decisión más pura, es la de un can que toma una pierna y decide que necesita un orgasmo. Se vuelven sordos ante los insultos de la persona dueña de la extremidad ultrajada e inmunes ante los golpes y empujones que se les pueda propinar.


Esa epilepsia de pasión ante la cual se rinde el mejor amigo del hombre es la lucha por el placer. Ver a un perro hacer de un ser humano un consolador, es un poder mayor tratando de decirnos que en esta vida es necesario aferrarnos a nuestros sueños, frotarnos ante lo que nos haga feliz y lograr ese maravilloso orgasmo de vivir. Es necesario jadear de felicidad.