Días previos a San Valentin,
recibí un mensaje de mi prima pidiéndome, por favor, le escriba urgentemente
algo desalentador con respecto a la fecha. Sin embargo, aseverar que es un ardid
publicitario y llenar de amargura un día
en que los entusiastas quieren salir a profesar su amor, me pareció
descabellado.
Por otro lado, fue sorprendente
ver los estados en las redes sociales de mis congéneres donde gritaban a los cuatro
vientos lo felices que son siendo solteras y lo mucho que desprecian esta fecha; todas
mentiras.
Ayer, 14 de febrero, me atreví a decir en voz alta que nunca he celebrado el día de los enamorados, cuatro mujeres me miraron como si un niño confesará que jamás celebró Navidad e ignoraba quien era Papa Noel. No estoy a favor ni en contra, detesto quienes dicen que todos los días es el día del amor, esta es la creación de los mismos idiotas que aseguran que todos los días es día de la madre, el padre y del pisco, que por cierto se celebra cada semana (habría que definir eso).
Ayer, 14 de febrero, me atreví a decir en voz alta que nunca he celebrado el día de los enamorados, cuatro mujeres me miraron como si un niño confesará que jamás celebró Navidad e ignoraba quien era Papa Noel. No estoy a favor ni en contra, detesto quienes dicen que todos los días es el día del amor, esta es la creación de los mismos idiotas que aseguran que todos los días es día de la madre, el padre y del pisco, que por cierto se celebra cada semana (habría que definir eso).
Muy a mi pesar, ayer se me
ocurrió salir al cine con mi mamá. Entonces caí en cuenta que esta inocente
salida tomó un matiz patético, lo fue aún más cuando mi madre me dijo
“te amo” mientras en la pantalla se proyectaba Django Unchained. Le rogué que
baje la voz, la sala llena de parejas y yo con una mujer 20 años mayor que yo declarándome
su amor.
Al regresar a casa, me detuve en
un centro comercial; mientras todas las mujeres pensaban en su cena romántica,
yo pensaba en el pan del desayuno. Miré a mí alrededor y era el festival de los
globos, flores y peluches. Me sentí tan afortunada con mis zapatillas converse
y sin una pizca de maquillaje en la cara, adoré tener las manos libres. ¿En qué
piensan los hombres cuando aparecen con un ramo gigante, un globo enorme o un
peluche de tamaño real? Por favor, esas cosas se mandan y si no hay dinero, la
deja uno mismo en la casa de la agasajada. Sinceramente, si mi novio aparece
con uno de estos 3 objetos, mataré al romance y le preguntaré “¿tú lo vas a
cargar?”. Todos los peluches que alguna vez me han regalado, han sido
expectorados de mi hogar y no por algún ritual donde elimino todo lo que me
regalo algún ex novio sino que el hecho de que me regalen un peluchito es, ante mis ojos, que me regalen una hermosa granja de ácaros y una dotación de alergias para los años
venideros.
En fin, la fecha pasó y hasta el
próximo año. Ahora es momento de preocuparse de temas más serios como el fin
del mundo y la venida del papa Negro. A todo esto, ya jodieron a cualquier
candidato negro con esta predicción y me encantaría saber que piensa Martin
Luther King de todas estas idioteces. Se celebra el amor pero tenemos la
premura de que este mundo se termine de una buena vez, incoherente.