martes, 21 de febrero de 2012

Nueva Relación

Hace unos años andaba en un taxi, cuando de pronto paró en seco y pude ver toda mi vida, como una película, pasar por mis ojos. Me acompañaba una amiga quien tomó mi mano fuertemente y en ese segundo cuando parecía que el conductor perdía el control del vehículo dije en voz alta “no quiero morir sin haber conocido el amor” a lo que ella respondió “Yo no quiero morir virgen”. Sobrevivimos, pasado mucho tiempo de nuestra experiencia cercana a la muerte yo conocí el amor pero ella sigue sin probar las bondades y beneficios que ofrece un miembro viril, esperemos un accidente de avión o un incendio para que se anime.

Carezco de “prudencia” o “discreción” al escribir sobre las anécdotas propias o ajenas, espero que mi falta de creatividad o quizás de una vida más interesante pueda excusarme. Sin embargo, prefiero escudarme con que todos los personajes que aquí aparecen son ficticios y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

“Me aburre empezar una nueva relación”, es muy cierto, me atrevería a decir que muchas personas eligen quedarse en relaciones rutinarias por una cuestión de comodidad más que por amor. Hace unos días me ofrecieron regalarme un cachorro, un animal hermoso, simpático y con ese aliento que sólo a los que amamos a los “mejores amigos del hombre” nos encanta sentir. De pronto, todo se fue al diablo cuando recordé los paseítos mañaneros para sacarlo a orinar y defecar, enseñarle que en la alfombra “no” y toda la etapa de destrucción infantil (esa no excluye a la raza humana). Iniciar una nueva relación con alguien es parecido a eso, es decir no digo que vaya a escoger como próximo novio a un niño de dos años pero volver al ruedo es muchas veces desgastante.

Los silencios con tu novio de años son maravillosos, como si ambos se dieran un permiso tácito para no tener que impresionar el uno al otro. Un acuerdo que dice “ya probamos que la plática funciona”. En cambio en una primera salida el silencio es el peor indicador de que algo anda mal y se vuelve más grave cuando a uno de los dos se le ocurre dárselas de “gracioso” y saca a la luz el impase diciendo “¿qué incómodos son estos silencios, no?” acto seguido los dos ríen y el otro responde “no, sucede que estaba pensando en preguntarte…”.

Quizás la falta de entusiasmo por iniciar una relación no radica en el esfuerzo que se vaya a invertir en la misma. Es como cuando te ofrecen un pan y sólo puedes pensar en los carbohidratos y el vestido que no te va quedar pero cuando realmente sientes el olor de algo que se te antoja no pierdes el tiempo y lo engulles con todas las ganas (sin tiempo para pensar).

domingo, 12 de febrero de 2012

"El amigo especial"

Durante un almuerzo con unas amigas tocamos el tema de la existencia del “amigo especial” ¿Qué quiere decir este título honorario? Es ese muchacho que conoces justo cuando estás en medio de una relación, con quien hablas horas y te sientes culpable porque te diviertes en exceso y sabes a ciencia cierta que si no estuvieras con la persona con la que actualmente te encuentras le dirías que “si” (sin siquiera esperar a que él pregunte algo).

Es como andar por una calle y perder la cabeza por un hermoso cachorro pero justo cuando te dispones a adoptarlo, recuerdas que tu perro de siete años te espera en casa con esa ilusión que mantiene su cola en movimiento. No hay duda que la novedad opaca ciertos recuerdos y la comparación con lo “viejo” se nos hace insoportable. Por otro lado, estas ante la incertidumbre y la constante pregunta: ¿Funcionará? ¿Acaso más vale conocido que bueno por conocer?

Leí un correo de una amiga – muy valiente- a su novio donde le hablaba del futuro y lo maravilloso que sería formar una familia. Debo de decir que yo jamás le he hablado a nadie de un futuro – ni siquiera cercano- y tampoco nadie se ha animado a hacerme pensar en ello. Sucede que hoy en día, somos tan jodidamente modernos para haber borrado de nuestro vocabulario la palabra “siempre”. “Vive el momento y disfruta lo que te está pasando” aconsejaba una chica a otra mientras se arreglaban frente a un espejo ¿Hasta qué edad es pertinente seguir dando este consejo?

Con el reloj biológico andando, hace unos días una de mis mejores amigas tomó la dolorosa decisión de dejar a su novio – es curioso hay relaciones que vienen con fecha de caducidad, no queremos verlo pero sabemos muy en el fondo que no van a funcionar pero parece que queremos ganarle una apuesta al destino. Ella con 27 años y el con 32, jamás un “te amo” o un plan de vida en dos años de relación. Hay días en que no se puede evitar pensar: ¿A dónde vamos? (sin necesidad de una promesa casamentera, sólo una renuncia a las promesas de barro en las que creías cuando tenías 15 años).

Llega cierta fecha, en que miras al “amigo especial” y te encuentras ante la duda si estas siendo una tonta por estar dejando pasar algo que vale la pena por sobre algo que esta camino al paredón.Dejas ir a alguien que te da seguridad sobre alguien que te genera angustia y no tiene ese coraje que necesitas en tu vida. Todo esta tan claro pero preferimos ignorar lo obvio.

jueves, 2 de febrero de 2012

"No me mojo"

Caminaba por calle cuando de pronto me llené de pánico cuando vi una jauría de vándalos adolescentes acercarse a mí armados hasta los dientes de globos de agua. Estaba a pasos de convertirme en una víctima de los carnavales de febrero, sin embargo desde que el mes anunció su llegada decidí no someterme a los ataques acuosos y responder a mis atacantes con mi gas pimienta – sé que es un poco extremista de mi parte pero sería una buena ocasión para usarlo pues en los dos años que lo tengo nadie se anima a intentar violarme o robarme.

Regresando al relato, iba caminando y apretando mi condimentada arma entre los dedos. De repente, uno de los niños, parte del grupo de terroristas carnavalescos- empezó a caminar rápido, pasó a mi costado y me dijo: Permiso señora. Una frustración y un deseo por ser empapada hasta los huesos invadieron mi, ahora, señorial cuerpo. ¿Cuándo dejé de ser digna de ser blanco para el carnaval? ¿Acaso a los 30 hasta la lluvia me evitará cuando decida caer y avisará a las nubes : “¡Eh! ¡Cuidado! ¿No ves a la señora?", ni un diluvio me tocaría.

Hace unas semanas me subí a un taxi y el conductor insistió repetidas veces en llamarme “señora”, a lo que respondí : ¿señor, por qué insiste en casarme?. Es decir, un hombre de 60 años tratándome de "señora" ¿Qué diablos sucede con el mundo? ¿la madre naturaleza me está tratando de decir algo? No tengo nada en contra de las señoras pero tendré el título por muchos años ¿Por qué empezar desde ahora? Es como celebrar el día de la madre sin hijos. Mi mamá siempre me repite que tengo que tengo un retraso social con respecto a mi vestimenta, que me visto como si tuviera 15 y debería de empezar a lucir ropa de una jovencita de 25 años. Cuando tenía 16 y me decía que se me veía mayor, entonces era un gran halago pero cuando estas vislumbrando el umbral de los 30 no lo es.