jueves, 29 de agosto de 2013

Multiplicación de penes

Caso: Pareja saliendo hace 3 meses.


Excusa del individuo: Mi vida es complicada y la próxima mujer que haga mi novia será con la que me case.

X: Me encantaría ayudarte a solucionar todo lo que te sucede. A darte todo el cariño y amor que siento por ti, pero creo que tú prefieres arreglar tus temas primero. Y está bien, lo entiendo, pero búscame cuando quieras algo en serio conmigo. Te extraño mucho.

Y: Yo te extraño más :( . Entiendo todo lo que dices y tienes razón. Si no estás cómoda con lo que te propongo no te quiero forzar a nada.

Truman Capote, escribió: “Las mujeres son como las moscas: se posan en el azúcar o en la mierda”. ¿Por qué nos creamos excusas para no afrontar la realidad y admitir el desamor?

Cuando cumplí 10 años me topé con un poema de Manuel González Prada, “Amar sin ser querido”:

Un dolor jamás dormido,

una gloria nunca cierta,

una llaga siempre abierta,

es amar sin ser querido.

Corazón que siempre fuiste

bendecido y adorado,

tú no sabes, ¡ay!, lo triste

de querer no siendo amado.

A la puerta del olvido

llama en vano el pecho herido:

Muda y sorda está la puerta;

que una llaga siempre abierta

es amar sin ser querido.

Cito a Nicolás Maduro: "Cristo multiplicó los penes... perdón, peces". Entonces pienso que Cristo debería de volver a hacer otro milagro, antes pasar a saludar al Papa Francisco, y hacer a las mujeres testigos de ésta prometedora multiplicación de penes pero de penes buenos, penes que sepan amar (de no hacerlo, atenerse a ser cercenados).

miércoles, 7 de agosto de 2013

La amargura se distrajo

Personas como yo, las regalan en la calle y ofertan la docena. La vida nos obligó a comer con cuchara grande sarcasmo y de postre nos empalagó de cinismo con un dejo de amargura. En cambio, tú eres una especie en peligro de extinción, deberían abrir una reserva nacional para poder preservarte y PETA debería de empezar a designar un fondo para protegerte.


Tu inocencia es un recuerdo atávico, tu manera de abrir los brazos y estrechar a otra persona fuerte y sin dudarlo. Admiro tu ignorancia cuando se pronuncia la palabra “rechazo”.

Tu maldad se asemeja a la de una leona matando para alimentar a sus cachorros o a la de un sapo extinguiendo de un lengüetazo la vida de una mariposa.



martes, 30 de julio de 2013

Cautiverio

El cautiverio de oficina aflora lo peor en cada uno de los individuos. Una convivencia obligada alentada por el factor económico y justificada por los logros profesionales.


Una jungla capitalista dónde los correos electrónicos deben de ser cuidadosamente almacenados y enviados con copia oculta acompañado por un estratégico: “como lo conversamos, te escribo para…”.

Cada comentario debe de venir acompañado de una buena ración de cautela y discreción. No obstante, éste debe de alistarse para ser bien sazonado, frito y servido en alguna lengua.

Es importante ganar la aprobación de los miembros más fuertes de la manada. Es decir, quienes están en lugares jerárquicos en el organigrama. Dichos miembros deben de cuidarse de los animales más débiles pues estos se encuentran listos para sacar las garras ante cualquier oportunidad de toma de poder.

Los errores en el ambiente laboral son un deleite. Motivo de cuchicheo y goce para los pares. Gatos jugando con un ratón.

Las horas de almuerzo son la panacea de cualquier miembro de la PEA. Barriga llena, corazón contento. Hay que tolerar comentarios como: “¿Sólo eso vas a comer?”, “¿No vas a comer?” o “¿Qué trajiste hoy?”.

“El cautiverio aflora lo peor en todas las especies”, célebres palabras de mamá hasmter mientras se traga a sus crías.

martes, 9 de julio de 2013

La necedad es un perro tratando de masturbarse

Admiro la convicción con que los perros se masturban en piernas ajenas. Esa entrega total ante el deseo, logra que su voluntad se vuelva terca y no existan obstáculos. La decisión más pura, es la de un can que toma una pierna y decide que necesita un orgasmo. Se vuelven sordos ante los insultos de la persona dueña de la extremidad ultrajada e inmunes ante los golpes y empujones que se les pueda propinar.


Esa epilepsia de pasión ante la cual se rinde el mejor amigo del hombre es la lucha por el placer. Ver a un perro hacer de un ser humano un consolador, es un poder mayor tratando de decirnos que en esta vida es necesario aferrarnos a nuestros sueños, frotarnos ante lo que nos haga feliz y lograr ese maravilloso orgasmo de vivir. Es necesario jadear de felicidad.

viernes, 7 de junio de 2013

Friend Wanted

Soñé que era el día de mi funeral y mi alma caminaba entre los vivos, de pronto en un ataque de egocentrismo me acerqué a ver quienes lloraban. En mi vida sólo he logrado cultivar amistad con cuatro mujeres y para colmo las muy malditas sollozaban y ocultaban sus lágrimas. Me desperté un poco inquieta porque las amigas con las que hoy cuento no harán mayor escándalo frente a mi ataúd. No gritarán: “quiero que me entierren con ella”, ni se aferrarán a mi cuerpo inanimado. Su dolor será discreto y casi imperceptible (mi espíritu atormentado grita y reclama un escándalo).


Empecé el día con una nueva consigna: conseguir más amigas o dejar cierta cantidad de dinero para  contratar una legión de plañideras para que inunden de lágrimas el lugar donde se lleve a cabo mi velorio. Este casting de nuevas amigas (aliadas en caso de algún siniestro) deberá asegurarme que luego de fenecer, guardaran luto e irán a mi misa mensual al menos por un año.

Qué difícil es hacer nuevas amigas; todo era mucho más simple cuando tenía 4 y mi mamá concertaba las citas para jugar, usualmente las niñas me excluían porque siempre quería ser un “perrito” o un “gatito” y me decían que los animales no hablaban. Ahora debería de ser más simple, además sólo necesito asegurar sufrimiento y concurrencia al último evento social donde seré el centro de atención. Además, en caso tenga un hijo mis opciones de madrina son extremadamente limitadas. Necesito mujeres, mujeres en mi vida.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Mi tecnofoba favorita

Desprecio tanto tu tecnofobia como el MHOL a los homofóbicos. Seguro hiciste fiesta el día en que murió Steve Jobs y lo que el mundo vio como una gran pérdida; tú lo viste como el regreso de los días de Adán y Eva (puedo escucharte maldiciendo a esa serpiente todos los días; si no fuera por ella aún andaríamos desnudos y no habría tanta contaminación). Como debes de odiar a Alexander Graham Bell y a Thomas Alva Edison, ni mencionar a Leonardo Da Vinci porque no hay duda que ese es el culpable de tantos inventos (a lavarse la boca antes de traer a colación a ese genio maligno ¿no?).


¿Qué sigue? Puedo verte como los protestantes fuera de la plaza de Acho o de algún centro de comida rápida, a la salida de algún Istore tirando manzanas podridas y dejándolas estampadas contras los vidrios. Si alguien es enemigo tuyo que te envíe ipads y teléfonos con la última tecnología a tu casa.

Como te debe de joder vivir en esta sociedad tecnolatra; me enteré hace unos días que iniciaste una revuelta en tu trabajo para que se subleven ante las computadoras, dejen de usar papel y regresemos a los tiempos del grabado de piedra. Sin duda, he llegado a la conclusión de que no eres una mujer para este siglo.

Escribí una carta para una comuna Amish, te imaginé corriendo por los campos. Serías tan feliz, lejos de los celulares (esos cuyas ondas producen cáncer). ¡Ay! Pero que feliz serías haciendo tu propia mantequilla y ordeñando tus vacas. Querida, yo te deseo un mundo lejos de los megabytes, gigabytes y terabytes.

lunes, 27 de mayo de 2013

Yo quiero ser una chica Combate


-¿Qué quieres ser de grande?

- Una chica de Combate.

Cinco años de preparación universitaria y un daño cerebral por intentar comprender a Foucault. Debo culpar a mis padres por haber invertido en mi educación y no haberme metido en un gimnasio, como parte del programa de estimulación temprana.

Maldito el momento en que me dieron mi primer libro y me alejaron de los juegos donde las criaturas miden su fuerza física. Desde muy pequeña me sentí el cachorro más lento, ese que no mueve la colita y se queda mirando un punto fijo. Jamás aprendí a manejar bicicleta porque me daba terror caerme y ensuciarme. Quizás si me hubieran insistido en explotar mi “yo” atlético, hoy sería el sueño de millones de niñas, tendría mi club de fans y me adorarían en los asentamientos humanos y en cada rincón de provincia. Además, ya se habría agotado la barbie “Ale” y hasta hubieran sacado la versión pirata (si no sale falsificada, significa que no triunfó).

No duden que tendría un romance con algún modelo, ex trabajador de algún centro de comida rápida. Saldría en las portadas de todos los diarios “chicha” y haría reportajes de mi interesante rutina de pilates y mi recorrido al canal cada mañana. Asimismo, sería el orgullo de mi familia mientras mi padre me ve semidesnuda en el noticiero matutino mientras sobo mi cuerpo contra el de algún hombre o me beso apasionadamente con otro durante algún concurso. Sí, mi padre inflaría sus pulmones y diría: “Esa es mi hija”.

Mi intelecto sería medido por complicada preguntas como “Diga ustedes los cuatro puntos cardinales” o “¿Cuáles son las primera vocales?”. No cabe duda que suena bien eso de ser una chica Combate.

martes, 14 de mayo de 2013

Tan listo...

“Ya, ya, listo, listo”; jamás olvidaré la primera vez que salió con este simple y certero estribillo. Con el paso del tiempo pude decodificar qué significaba ese “ya, ya, listo, listo”. La correcta traducción es “cállate la boca”. Quien lo diría, sin duda él no ignora que a veces cometo el error de subestimarlo; lo sabe aunque yo creo que no se da cuenta. Muy a pesar de este aparente agravio contra su inteligencia, ha decidido tomarlo como una ventaja y hacer que juegue a su favor.


Aún ignorante del subtítulo de esta frasecita, pensé que era una manera de ahorrarse problemas y terminar con el tema de discusión propuesto (por mi); incluso lo atribuí a esa practicidad propia de su género y lo admiré. No obstante, no me daba cuenta que si ponía ese “ya, ya, listo, listo” en un tocadiscos y lo hacía sonar al revés podía oír un: “cállate la boca”.

Si algo hay que aplaudirle es que ha hecho los sueños de miles de hombres realidad y me ha silenciado en cada una de las peleas; no porque no le guste pelear sino que está harto de que le repita lo mismo cuando según él ya comprendió.

viernes, 10 de mayo de 2013

Una mañana...

Esta mujer pasará a la historia como la Patrona de los amores no correspondidos. Me he prometido a mi misma reunir el dinero del trabajo de mi vida y edificar una basílica en el pueblo donde nació el hombre que le rompió el corazón.


Le harán estampas, será beatificada por sufrir de amor. Cada mujer al comprar su estatuita pondrá la foto del hombre que la hizo llorar noche a noche a los pies de esta beata y elevará una oración, a cambio la santita hará que el desgraciado sufra las peores desgracias.

Mis hijas y las hijas de sus hijas conocerán de esta mujer que hizo oídos sordos a un “no estoy enamorado de ti” y permaneció estoicamente al lado de él. Podría decir que es un sinsentido, incluso dejar de escucharla y afirmar que la única culpable de su desgracia es ella misma. Sin embargo, creo que todos hemos sido testarudos en los asuntos de corte amoroso, unos con mas dignidad y autoestima que otros.

Durante 5 años mi mente afiebrada persiguió a un muchacho homosexual; de pronto una mañana me encontré a mi misma buscando costos de una operación de reasignación de sexo. Creo que todos tenemos esa mañana, esa mañana en que decimos : “basta”.

martes, 7 de mayo de 2013

Santa Fijación

Me mira durante largo rato y me dice “lo que me conviene es ser monja”, ¿cómo llegó a esta conclusión? Siempre pensé que la María que más admiraba era Magdalena. Sin embargo, para mi sorpresa allí estaba ella diciendo que quería seguir los pasos de una virgen.


Todo empezó hace unos años, cuando perdió la cabeza por un hombre casado y su corazón se había roto en mil pedazos y “querida” era una palabra peyorativa. Pero ¿Por qué ser monja?, le pregunté. “Porque de esa manera no seré mal vista si comparto un hombre con muchas mujeres. Además, podré admitir que un hombre es superior a mí y nadie tendrá nada que reprocharme”.

Siempre tuve una fijación por las monjas. María, según las películas de Semana Santa, las estampitas y las esculturas; era una mujer hermosa. Sin embargo, esto se contrapone con la realidad. En la realidad, las mujeres viven depilando sus cuerpos y rostro para lograr esta ilusión de ser lampiñas. No concibo la idea de una monja con bigote cantando el magníficat o dándome una tierna mirada debajo de unas cejas crecidas y descontroladas. Entonces ¿Dónde queda la vanidad, no es un pecado capital? A menos que se empiece a retratar a nuestra Madre con un tierno bozo, apoyaré la depilación en las monjas y que Dios me secunde.

viernes, 3 de mayo de 2013

Acoso

Bendito sea a quien se le ocurrió eso de andar con música. Mientras camino y creo mi videoclip personal, tengo la afiebrada fantasía que la gente empezará a cantar y gracias a la fonomímica, podré cantar como Aretha Franklin o Adele (pensando en un referente contemporáneo).
Definitivamente, la música hace mi vida más tolerable. Mis oídos olvidan el sonido de las bocinas, subir a esos micros repletos de gente se hace más tolerable, lástima que el aliento de los que me rodean no mejora ni con la Sinfonía 5 de Beethoven; parece que algunos no se quieren quitar el sabor del desayuno y malograrlo con un poco de pasta dental.
Desgracia. Olvidé salir con mi protección sonora, esa que me hace invisible y aislarme del mundo real, la música. Cuando tengo los audífonos puedo darme el lujo de desconectarme del mundo y volverme insensible ante todo lo que me rodea. Enfrentar la realidad sin nada susurrándome un panorama mejor al oído. Salgo a las 8 de la mañana, desprotegida y expuesta. Un hombre cruza su mirada lasciva con mis ojos, se muerde los labios y de pronto ese sonido, como si sus pensamiento libidinosos tocaran una sartén y empezará a cocinarse algún piropo grosero producto de su anémica mente. En pocos segundos soy su “mamita” y quiere “hacerme cositas ricas”.
Siempre leo quejas masivas sobre el acoso en la calles. Francamente, puedo decir que me siento afortunada cuando sólo me dicen un “hola”. No obstante, creo que escribir sobre estos hombres y protestar no sirve de nada porque finalmente, jamás lo van a leer. Quizás lo lean muchos y se solidaricen pero de nada sirve si no empiezo a repartir cartas en los micros y en las construcciones que inicien con “QUERIDO AMIGO (ALBAÑIL/COBRADOR DE MICRO Y/O COMBI), POR FAVOR DEJA DE RECORDARME CONSTANTEMENTE QUE TENGO UN BUEN PAR DE CADERAS, QUE ME HARÍAS COSAS BIEN RICAS Y QUE SOY UNA REINA”.
Mi fastidio ya no se concentra en los “piropos” que una recibe en la calle. Hoy caminaba y un hombre físicamente desafortunado desafió el sonido, me miró a los ojos y me perturbo con un perfecto “hola” que ni un sordo hubiera podido ignorar. Creo que las mujeres perdonamos el acoso cuando viene de un hombre sumamente guapo, entonces no habría quejas. Se perdona el acoso pero se condena la fealdad.   

domingo, 21 de abril de 2013

Defensa Impropia

Mi madre siempre ha sufrido de mil manías, entre ellas, no tolera que las personas la “sobajeen”, como suele decir. Cada vez que se encuentra pronta a enfrentar una multitud recalca lo repugnante que es sentir pieles ajenas frotándose con la propia (aún no me queda claro cómo logró reproducirse). No duda en tildar a toda persona que guste de rozar sus brazos u hombros desnudos alguno ajeno, de sociópata. Cuando esto ha sucedido,  por accidente, da un salto y empieza a gritar improperios; es cómo ver a un chihuahua histérico. Ella con su metro y medio de estatura y sus 45 kilos, es un dolor de cabeza para cualquier transeúnte.

Era un domingo como cualquier otro, ella esperaba tranquila en la cola del supermercado. Hasta que una pobre mujer fue víctima del infortunio, rozó su mano derecha contra el brazo de mi madre. De todos los brazos del mundo, su mano tuvo que acariciar justo el de mi madre. Pude ver el momento en cámara lenta, el rostro de la que me trajo al mundo empezó a desfigurarse. El ataque era inminente, el horror estaba por manifestarse en breves segundos:

   - ¡¿Acaso no le da asco?! ¡¿No le importa que yo pueda tener alguna enfermedad?! No comprendo cómo no puede sentir asco – dirigiéndose a mí con una mirada cómplice y rascandose la piel desesperada.

    - Señora x: Cálmese. Pobre su marido - dijo en voz baja.

Al escuchar a la señora agredir a mi diminuta y descocada madre, un sentimiento de protección brotó naturalmente en mí. Entonces decidí intervenir:

    -  Para su información ella es divorciada (con voz justiciera)

La mujer lanzó una carcajada y dijo:

 -  Bueno, con razón. 

Mi mínima madre clavó sus ojos en los míos de manera determinante y susurró:

   -Nunca vuelvas a defenderme. 

miércoles, 17 de abril de 2013

Fracaso anunciado

La homosexualidad se encuentra totalmente descartada de mi vida. No es que alguna vez haya contemplado la posibilidad. Pero siempre es bueno saber que una tiene opciones ¿no? Si, entiendo perfectamente que somos mujeres y debemos de permanecer unidas. Sin embargo, es momento de hacer un descargo porque por mujeres como las que tengo en mi vida, jamás me volvería lesbiana. A propósito, expreso mi admiración para los hombres y mujeres que sostienen una relación amorosa con una mujer. Esto me lleva a entender por qué tantos hombres se vuelven homosexuales, es obvio ¡Se cansaron de tratar de entendernos!

Cada conversación que mis amigas tienen con sus hombres, termina copiada y pegada en mi casilla de correo. Luego de un análisis semiótico me preguntan qué pienso. Sinceramente, pienso que deben de dejarme en paz. Otro punto y del que me quejo amargamente, es esa complicidad que buscan para hablar de sus movimientos intestinales; todas se estriñen y adoran hablar de eso. Se sienten en confianza plena para hablar si van al baño en la mañana o en la noche. Definitivamente, hay información que considero innecesaria. Luego están los problemas imaginarios, el llanto porque le dijo “buenos días” y olvidó decir “buenos días, amor”. Genera esa maldita pregunta “¿crees que ya no me quiere?”.

Sin duda, yo fracasaría como lesbiana. Por lo tanto, de no triunfar en la heterosexualidad, sólo me queda empezar a ver a mis gatos como posibles compañeros sexuales.

domingo, 14 de abril de 2013

Mermelada de Arándano

“No me ocupo por mi felicidad, de eso te encargas tú. Yo me ocupo de la tuya” Hugo Finkelstein.


Me enamoré de él como quien pasa por una vitrina y ve unos hermosos zapatos; fue una compra por impulso. No lo necesitaba pero tenía que tenerlo. Cuando mis ojos se toparon con él, sabía que tenía que ser mío. Sin embargo, a diferencia de los zapatos; las personas no vienen con una garantía. Es decir, no podemos hacer devoluciones (hay una excepción con adopciones). Una vez en casa te das cuenta que aquellos maravillosos zapatos se veían mas lindos en la vitrina; no es tarde, puedes regresar y pedir una devolución completa de tu dinero.

Cuando lo conocí decía que uno de los momentos más relajantes para él, era lavar platos (ni su madre le hubiera creído). Unos meses más tarde; estábamos frente al fregadero tirando una moneda para ver quien se atrevía a escalar la montaña de trastes con semanas de antigüedad. Nunca olvidaré ese desayuno cuando después de untar la mermelada lamió la cucharita y la volvió a meter en el pote; mi cara de horror se igualaba a cuando veo a hombres cortarse las uñas en los buses. No, definitivamente me di cuenta tarde que este hombre no venía con garantía ni instrucciones pero sí con letra extra chica. Si, aquí no había devoluciones. Y, para ser justos, pienso que mis constantes llantos sobre problemas reales o imaginarios además de las sesiones tortuosas de lectura en voz alta a las que lo sometía; seguro que estaban entre los primero ítems de sus quejas a servicio al cliente.

No, nadie nos obliga a seguir juntos. Es paradójico, la maravilla de nuestra relación radica en que cualquiera de los dos puede decir en cualquier momento “basta”. Sin embargo, ninguno lo dice. Nada me asegura, a mí, que este hombre en unos años puede ser un hijo de puta a quien encontraré en la cama con otra. No puedo ser soberbia y pensar que es perfecto – lo dejé de pensar cuando su saliva empezó a macerar la mermelada de arándano. No obstante, amo a este hombre y puedo hacer dos cosas: odiarlo porque será un canalla mal parido en el futuro o amarlo por el gran hombre que es en el presente.

Confiar, que difícil que es eso ¿no? Sin embargo, es el único consejo que doy siempre. Lo único que nos une es querer que uno este en la vida del otro. Las probabilidades de tener un final feliz son las mismas que terminar quemando sus casacas Adidas en una gran fogata el día de San Valentín.

jueves, 4 de abril de 2013

Pongase en mis zapatos

Adiós silencio, camino por un pasillo (con la gracia de un bebé de flamingo). Mis pasos golpeando el suelo anunciando mi llegada, cómo un caballo galopando sobre el cemento. Los tacos número nueve han generado cuatro bajas dentro de mi noble batallón de diez soldados. Las curitas se despegan de mi piel, las heridas en mis talones son las marcas de una guerra en contra de la feminidad corporativa, perdí. Es oficial, he renunciado al anonimato del cual una vez gozaron mis pasos. Mis pies viven el luto y lloran lágrimas de sangre recordando esos momentos felices cuando su planta se acomodaba dentro de un maravilloso par de converse. Mientras trato de sostenerme y conservar el equilibrio, mis uñas entran en huelga y parece que cada una tuviera pulso propio.

Llego a casa, olvido todos los placeres de la vida; mi mente sólo se enfoca en una meta y esa es liberarme lo más pronto posible de ese calzado sadomasoquista. Una vez libre, por mi boca salen sonidos de placer, cualquiera podría pensar que estoy teniendo el mejor orgasmo de mi vida. Huyo por todo el departamento, me escondo de la mirada inquisidora de mis viejas zapatillas, puedo sentir  cómo los pasadores me señalan diciendo: “te lo dije”. De pronto, el horror, mis dedos sanguinolentos y ampollas rellenas de líquido son vestigios de la masacre.  Caigo en un profundo sueño producto de la impresión, me pierdo al cerrar los ojos; imagino a Lucifer sosteniendo un par de tacos y dándome la bienvenida en la puerta del infierno (así debe de ser el averno, lleno de mujeres llorando sus pecados y caminando en taco doce, condenadas por toda la eternidad).

Suena el despertador, me entrego al capitalismo y maldigo el momento en que Adán y Eva mordieron la manzana. Es momento de salir y enfundar mis pies en esos zapatos taco nueve. Miro mis meñiques y todo se ve tan claro, eso de amputarlos suena, ahora, tan coherente (Alzo la mirada en busca de un objeto punzo cortante). Las inyecciones de silicona ya no son un disparate;  permitiría hasta implantes de plastelina (¡oh! Qué bien se sentiría). Subo a un micro, me siento y agradezco a Dios por haber encontrado descanso. De pronto, una anciana me pide un poco de cortesía; el dolor de una mujer en taco nueve supera el respeto por los de avanzada edad, embarazadas o niños. Casi tentada por decirle que estaba gestando, mi conciencia me detiene y le sonrió a la vieja mientras pienso “ya a esta edad ni deberían de dejarla salir”. Me tambaleo para no caer en cada frenada brutal del inconsciente conductor. Una vez en el trabajo, mi vejiga me ruega descargarla. Es otro día, mis pasos se anuncian solos.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Dedicandome

Tengo un serio problema que se irá macerando con los años. Se trata de las dedicatorias que dejas en cada uno de los libros que con amor escoges para mí. Estaba entretenida, terminando de atragantarme con “Los Conejos Blancos” de Leonora Carrington; uno de las recomendaciones de Cortázar – si él lo sugiere, así no me guste, me lo como-.

Pude oír, su pequeña voz preguntando “¿mamá, quien era Diego?” mientras sus pequeñas manitos sostienen ese libro con una de tus dedicatorias. Antes de responderle, reflexionaría en la mala decisión que tomamos cuando la inscribimos en el colegio y maldeciría el día en que aprendió a leer.  Luego quitaría, suavemente, el texto de entre sus dedos, abriría la primera página y recordaría a “Diego”. Pensaría en la incomodidad de su padre al oír esa pregunta; lo imaginé con una sonrisa socarrona y atento, esperando mi respuesta. Entonces, la cargaría y la sentaría en mi regazo, le acariciaría la cabeza y le susurraría con nostalgia “un amigo de mamá”. Después me sentiría aliviada pero al mismo tiempo preocupada pensando en el día que crezca y comprenda que los amigos no escriben dedicatorias que terminan con un “te amo”.  Entonces, descubriría que mamá no sólo amo a papá sino que hubo alguien más de quien se enamoró hasta perder la razón. Rompería su corazón saber que papá no fue el único en su vida. Esa pequeña dedicatoria, esa indiscreción romántica tuya, atentaría contra la despreocupación propia de su calidad de “hija” para con la felicidad de uno de sus padres.

Al terminar el día, me iría a dormir, soñaría contigo y recordaría por qué nos separamos. Miraría al lado de la cama a mi esposo por unos segundos  y  me sentiría segura. Sigo sin entender por qué luego de tantos años guardé ese libro. El día siguiente, dirigiría mis pasos sigilosos al  estante en busca del libro, releería la dedicatoria y volvería a acariciar a esos conejos blancos de Leonora. Las siguientes noches ese libro que una vez sostuvieron tus manos se convertiría en un artículo de primera necesidad en la mesa de noche. Mi esposo demostraría indiferencia por la nueva adición al dormitorio; pensaría que luego de tantos años es sólo un intento para despertar celos adolescentes en su corazón. Finalmente para restarle interés me preguntaría si encontré satisfactoria mi lectura; le daría un beso y le diría que la encontré fascinante. Se acomodaría en la cama mientras dice en voz alta que le parece un capricho volver a leer una historia de la cual ya sé el final. Cómo explicarle que no paso de la primera página.

Me veo obligada a dejar de soñar despierta; forzada a regresar a la realidad porque la crueldad de la ficción me despertó a patadas. Sin embargo, a mi regreso esa dedicatoria aún sigue esperando de pie en la página número uno ¿Aún no te das cuenta de lo que has hecho, verdad? Esa inocente muestra de amor vertida en tinta nos ha condenado a mi indolente epifanía. Es imperante que proteja a mi familia ficticia, a mi inexistente hija de la desilusión y a mi imaginario esposo del desamor. Por lo tanto, la única solución para evitar la catástrofe narrada es que tanto el libro y yo nos condenemos a no separarnos de ti. Cuando te invada el delirante pensamiento que estoy enamorada de ti, detente por un momento y recuerda que sólo soy una madre protegiendo a su hipotética familia.





jueves, 7 de marzo de 2013

Señoras y Señores

Repudio a los candidatos políticos de las redes sociales. Aquellos que se valen de sus diez dedos para hacer gala de su pobre ortografía; esos que redactan largas críticas sobre la sociedad actual y cuya gran satisfacción radica en el número de “me gusta” obtenidos. La portátil virtual, patéticos intentos de llamar la atención y elevar pasiones. ¿Dónde quedaron los bríos de su juventud? La verdadera pasión que hace invadir las calles para alzar una voz de protesta al unisonó con un fuerte reclamo.

Maravilloso fervor, ese de sentarse frente a una computadora y crearse un grupo donde 200 idiotas despotrican sobre cómo resolver los problemas actuales del país. Pero, por supuesto, quien tiene tiempo y sangre valiente para andar exponiéndose en la calle o encadenándose a la estatua de un prócer si al día siguiente hay que marcar tarjeta a las 8 de la mañana.  

Jugar al crítico social, es un insulto, una patada para verdaderos jóvenes que se atrevieron en su momento a revolucionar al mundo ¿De qué sirve azuzar el debate actualmente? “Los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra”; definitivamente Gonzales Prada no se refería a los cacasenos que ahora dicen preocuparse por el país con sus mensajes imbéciles en sus estados de facebook ¡Que viva esta fantástica intolerancia!

martes, 5 de marzo de 2013

Afiche



"Fue culpa del amor, dan ganas de balearse en un rincon. "

Estoy viviendo una ansiedad ajena; sentimientos prestados. Al parecer soy de esos seres empáticos; lo cual es maravilloso porque este descubrimiento me posiciona como un individuo en una escala superior en relación a otros – sin duda eleva mi autoestima y despierta mi egocentrismo-. Otra relación se termina, “una cama se llena y otra se vacía”.

Me desanima enterarme del fin de una relación; quizás porque cargó aún el divorcio de mis padres y revivo mis traumas infantiles. Acepto que me pongo triste cuando por azares del destino se extravía el par de una media. De pronto, pienso en que la media está de luto y atraviesa por una viudez producida por una inclemente lavadora, una cruel secadora o un díscolo cesto de basura.

La infelicidad y dolor son gripes contagiosas; estoy tratando de bajar la fiebre de una ruptura pero en el intermedio estoy sufriendo los estragos. Me siento un misionero que fue a ayudar leprosos y se infecto por su buena voluntad. El avión del amor sufre otro desperfecto, buscamos con desesperación la caja negra y me encuentro frente a frente con los escombros, prometiendome a mi misma que mi medio de transporte de ahora en adelante será a pie. 

“El amor es la cosa más triste cuando se acaba”; “¿por qué terminaron?” Creo que la pregunta escapa de ser parte de un tabloide amarillista. Muchos queremos una respuesta para poder evitar esa catástrofe emocional. Sin embargo, aún no hay una receta para erradicar una posible fecha de caducidad.

“De amor nadie se muere”; a pesar de grandes excepción como la del pobre Werther. “Todo pasa, nos acordamos pero todo pasa”;  y sin darte cuenta cinco años más tarde te lo cruzas por la calle y no sientes nada (gran día ese). No obstante, días como hoy toca velar un amor muerto y cuchichear “Pero eran tan felices”. Si estan tus cosas pero tú no estas...

viernes, 22 de febrero de 2013

Gracias, Mario Casas



Estoy sentada frente a la escultural figura de Mario Casas, embelesada por la foto número 14  de su álbum “Tengo ganas de ti”. No, no me considero una fanática de Mario Casas es decir jamás participaría en un concurso para ganarme una cena romántica con este sujeto ¿por qué? Porque simplemente no me interesa conocerlo ni saber cuáles son sus pasatiempos, sus sueños o quien fue la primera  persona que lo engañó y le dijo que era una joven promesa de la actuación.

Sin embargo, debo de hacer público mi agradecimiento a este hombre. Este espécimen de figura contorneada y un abdomen que no debe de faltar en las fantasías sexuales de ninguna mujer. Puedo decir que Mario Casas ha equiparado la balanza para muchas de mis congéneres; adiós la inseguridad de saber que tu novio mira con deseo las fotos de cuanta modelo decide colgar su álbum casi desnuda mientras sus ojos recorren sus curvas de infarto, una y otra vez.


Me resulta sumamente injusto que hombres con las panzas descolgadas y traseros caídos juzguen sin mayor reparo el cuerpo de las mujeres y hagan leña del árbol caído con el sex symbol del año pasado porque salió en algún tabloide luciendo su celulitis.  Gracias, muchas gracias Mario Casas  por tus fotos mojado, en la cama, en ropa de baño y amarrado a una silla. No se trata de una venganza sino del fin de una era, ya no es exclusivo eso de que sólo los hombres son visuales. La próxima vez que te desnudes para hacer el amor piensa si te están comparando con Mario Casas ¿cómo se siente?

viernes, 15 de febrero de 2013

Valentin


Días previos a San Valentin, recibí un mensaje de mi prima pidiéndome, por favor, le escriba urgentemente algo desalentador con respecto a la fecha. Sin embargo, aseverar que es un ardid publicitario y llenar  de amargura un día en que los entusiastas quieren salir a profesar su amor, me pareció descabellado.
Por otro lado, fue sorprendente ver los estados en las redes sociales de mis congéneres donde gritaban a los cuatro vientos lo felices que son siendo solteras y lo mucho que desprecian esta fecha;  todas mentiras.

Ayer, 14 de febrero, me atreví a decir en voz alta que nunca he celebrado el día de los enamorados, cuatro mujeres me miraron como si un niño confesará que jamás celebró Navidad e ignoraba quien era Papa Noel. No estoy a favor ni en contra, detesto quienes dicen que todos los días es el día del amor, esta es la creación de los mismos idiotas que aseguran que todos los días es día de la madre, el padre y del pisco, que por cierto se celebra cada semana (habría que definir eso).

Muy a mi pesar, ayer se me ocurrió salir al cine con mi mamá. Entonces caí en cuenta que esta inocente salida tomó un matiz patético, lo fue aún más cuando mi madre me dijo “te amo” mientras en la pantalla se proyectaba Django Unchained. Le rogué que baje la voz, la sala llena de parejas y yo con una mujer 20 años mayor que yo declarándome su amor.

Al regresar a casa, me detuve en un centro comercial; mientras todas las mujeres pensaban en su cena romántica, yo pensaba en el pan del desayuno. Miré a mí alrededor y era el festival de los globos, flores y peluches. Me sentí tan afortunada con mis zapatillas converse y sin una pizca de maquillaje en la cara, adoré tener las manos libres. ¿En qué piensan los hombres cuando aparecen con un ramo gigante, un globo enorme o un peluche de tamaño real? Por favor, esas cosas se mandan y si no hay dinero, la deja uno mismo en la casa de la agasajada. Sinceramente, si mi novio aparece con uno de estos 3 objetos, mataré al romance y le preguntaré “¿tú lo vas a cargar?”. Todos los peluches que alguna vez me han regalado, han sido expectorados de mi hogar y no por algún ritual donde elimino todo lo que me regalo algún ex novio sino que el hecho de que me regalen un peluchito es, ante mis ojos, que me regalen una hermosa granja de ácaros y una dotación de alergias para los años venideros.

En fin, la fecha pasó y hasta el próximo año. Ahora es momento de preocuparse de temas más serios como el fin del mundo y la venida del papa Negro. A todo esto, ya jodieron a cualquier candidato negro con esta predicción y me encantaría saber que piensa Martin Luther King de todas estas idioteces. Se celebra el amor pero tenemos la premura de que este mundo se termine de una buena vez, incoherente. 

lunes, 7 de enero de 2013

El que busca...



Se le acabaron los adjetivos calificativos sumamente ofensivos para con la ex novia de su actual compañero amoroso. No sólo le cambió su nombre por “perra” sino que le agregó “sucia” y “maldita”. Lo que ignora es que la principal responsable de su actual dicha romántica es la “canina sin bañar” que decidió hace muchos meses dar por terminada la relación con el ahora objeto de sus altas y más bajas pasiones. 

¿”A lo pasado, pisado”? Escudriñar en la vida amorosa de la nueva pareja es como comprar una casa y obsesionarnos con quién vivió antes y qué hizo en cada rincón del recinto. “X” ha decidido atormentarse con el pasado; una tarde mientras él estaba tomando una ducha, ella abrió su computadora y se encontró con fotos para mayores de 18 años de nada más y nada menos que de la “canina sin bañar” (versión nudista). Sus manos estaban frías y el corazón le latía a mil por hora mientras consumía esas imágenes de la carpeta “Fotos Diseño 1”, era una película siniestra donde cada fotograma era una daga para sus ojos. A medida que iba avanzando, la secuencia desnudista se ponía más picante y el maravilloso cuerpo de la protagonista sólo logró que “X” la odiara aún más. Cuando el “critico de fotografía porno” salió de tomar su relajante baño, la encontró serena y sonriente. Es decir, en el segundo que decidió transgredir la confianza del muchacho, perdió el derecho a réplica. 

Bienaventuradas las que no tienen un pasado amoroso porque ellas no serán llamadas “perras” ni “zorras” por la nueva novia de su ex.