viernes, 7 de junio de 2013

Friend Wanted

Soñé que era el día de mi funeral y mi alma caminaba entre los vivos, de pronto en un ataque de egocentrismo me acerqué a ver quienes lloraban. En mi vida sólo he logrado cultivar amistad con cuatro mujeres y para colmo las muy malditas sollozaban y ocultaban sus lágrimas. Me desperté un poco inquieta porque las amigas con las que hoy cuento no harán mayor escándalo frente a mi ataúd. No gritarán: “quiero que me entierren con ella”, ni se aferrarán a mi cuerpo inanimado. Su dolor será discreto y casi imperceptible (mi espíritu atormentado grita y reclama un escándalo).


Empecé el día con una nueva consigna: conseguir más amigas o dejar cierta cantidad de dinero para  contratar una legión de plañideras para que inunden de lágrimas el lugar donde se lleve a cabo mi velorio. Este casting de nuevas amigas (aliadas en caso de algún siniestro) deberá asegurarme que luego de fenecer, guardaran luto e irán a mi misa mensual al menos por un año.

Qué difícil es hacer nuevas amigas; todo era mucho más simple cuando tenía 4 y mi mamá concertaba las citas para jugar, usualmente las niñas me excluían porque siempre quería ser un “perrito” o un “gatito” y me decían que los animales no hablaban. Ahora debería de ser más simple, además sólo necesito asegurar sufrimiento y concurrencia al último evento social donde seré el centro de atención. Además, en caso tenga un hijo mis opciones de madrina son extremadamente limitadas. Necesito mujeres, mujeres en mi vida.