lunes, 13 de septiembre de 2010

Perro del Hortelano

¿Los celos son señales de amor? Bueno la respuesta es sencilla “Hasta un niño tiene celos de sus juguetes” y no significa que este enamorado de su carrito rojo de bomberos. No lo quieres pero tampoco quieres que sea feliz con otra persona. Creo que se trata de un gran egocentrismo, total es mejor tener un perro que te ladre a que ninguno. A veces es mejor enfrentar una soledad a medias que una completa.
Cada limpieza de primavera hay que sacar la ropa que uno ya no usa para regalarla a caridad, sin embargo, siempre hay ese polo, chompa o lo que sea que te niegas a dejar ir probablemente este gastado o ya no es de tu talla pero odias la idea de pensar que tu basura puede ser el tesoro de otra persona. Quizás simplemente temes ver como él hace feliz a otra pero ¿de verdad crees que él te haría feliz a ti? Digo por algo hasta ahora no le has hecho caso, creo que lo no queremos perder es la atención.

Termine con él porque no lo soportaba, era un desastre y nunca cargaba ni un centavo. Al principio de cualquier romance todo parece tan maravilloso, dije al principio. La primera vez que le pague el cine, los taxis o le preste dinero todo era en pro del amor, total yo me consideraba una moderna en estos tiempos donde hombre y mujer somos lo mismo y mi independencia me dictaba que un hombre no tiene que pagarte nada sólo porque alguna norma social machista así lo dicta. Luego de unos meses de relación estaba harta de su comportamiento de parasito y el termino “Billetera mata Galán” se volvió un mantra. Tome una decisión entre la banca rota y la soledad, entonces lo deje. Pasaron unas semanas y me enteré que salía con alguien más, a una semana de la ruptura y lo vi caminando campante con su nueva víctima y usando el polo que yo le regale. No me quede tranquila y la pregunta ¿por qué él es feliz y yo no? Me retumbaba en la cabeza y hacia que mi rabia crezca. No me di cuenta que lo que de verdad me daba tanta cólera es que ¿Cómo él consigue a alguien tan rápido y yo no? Mi verdadera amargura no era que alguien se haya interesado en él sino que nadie se interesaba en mí y me causaba cierta envidia su, aparente, felicidad. Aparente porque sólo tuve que tronar mis dedos para tenerlo de vuelta y así lo hice. Días pasaron para que lo vuelva a dejar y convencerme a mi misma que nadie se perdía de nada estando con él y me volví creyente del “Agua que no haz de beber, déjala correr”.

Este comportamiento no es sólo típico de mi genero, hay muchachos que te consideran una propiedad y no pierden la oportunidad de orinarte en público como macho alfa que marca territorio sólo para asegurarse que nadie más se acerque a ti. Pero eso sí, tampoco te quieren para ellos, entonces, los celos dejan de ser halagadores porque él si se puede divertir con quien quiera y si te atreves a reclamar algo puede que te diga ¿Qué somos enamorados? Muchos hombres son caraduras para responder. Pretenden que te metas a un convento de claustro hasta que ellos decidan que es momento de sentar cabeza y, quizás, te hagan el favor de elegirte.
Encuentro ese pensamiento totalmente ofensivo ¿qué creen que nadie más se fijara en nosotras? ¿Qué los esperaremos eternamente? Una peluquera me confesó que cuando conoció a su esposo fue amor a primera vista, por parte de ella porque él era tremendo “bragueta loca” y ella, se volvió para él la amiga fiel, la incondicional, la confidente y la más imbécil de las mujeres. Se dedico a escucharlo y aconsejarlo sobre cada una de sus conquistas incluso le daba consejos y lo animaba en sus relaciones mientras, secretamente, lo amaba e idolatraba. Una tarde mientras ella caminaba con su madre, él paso caminando con una fulana bien agarrado de la mano y su madre le comentó “ahí va Raúl, con otra chica” a lo que ella respondió “Déjalo mamá que se divierta todo lo que quiera vas a ver que al final me va a buscar y se quedara conmigo”. Su historia me pareció poco inspiradora y, francamente, ligeramente chovinista. Yo no quiero ser escogida por descarte o, mejor dicho, yo no pienso esperar a que “Raúl” se canse de tirarse todo lo que se mueve antes de que decida sentar cabeza conmigo.

Estuve involucrada con uno de esos que quería la leche gratis pero sin tener que comprar la vaca, disfrutaba haciéndome escándalos y saboteando cada relación que me veía empezar, cada pretendiente que se me acercaba los calificaba como “caricaturas de hombre” pero ¿Quién era la verdadera caricatura de hombre? Incluso si se enteraba que hablaba con alguien de nuestra extraña relación se incomodaba como si yo fuera un oscuro secreto, como si tener algo conmigo fuera algo prohibido casi una relación zoofilia. Probablemente, en otros casos podríamos pensar que tenía novia, hasta familia e hijos pero no era el caso, era completamente soltero y “estar” con él era casi como estar con una estrella de cine solo faltaba que firme un acuerdo de confidencialidad. Luego de dos mil discusiones me anime a hablarle y decirle que estaba cansada del extraño arreglo tácito al que habíamos llegado para lo que él me expuso su teoría de que tener enamorada era una completa pérdida de tiempo y dinero. Además, de dejarme bien claro que eso de las relaciones amorosas eran sola una molestia y que él sólo le veía el uso a una mujer en su vida para cuando decida casarse y tener hijos porque, eso sí, dejo en claro cuánto le gustaban los bebes. Fue tanta mi impresión que le desee suerte con su plan de poblar la tierra para lo que él me respondió indignadísimo que ¿Cómo era posible que yo descarte una posibilidad de un futuro y unos hijos? De pronto, los papeles se habían intercambiado y yo era la loca que no quería entregar su vientre para que él plantara sus semillas y traiga al mundo seres con los mismos genes llenos de mil patologías que el cargaba en su ADN ¿Cómo si el mundo no estuviera bastante mal?

Llega un punto donde te das cuenta que mereces una relación normal y bonita. Donde alguien se desviva por darte alegrías y viceversa. Te cansas del drama que es bueno pero en dosis pequeñas y, sobretodo, levantas esa autoestima y te preguntas ¿Por qué debo conformarme con alguien que no me quiere lo suficiente? ¿Por qué empeñarme en conquistar al más dañado? Y sobre todo cuando este no tiene la más mínima intención de conquistarme a mi ¿Dónde están los hombres normales?

3 comentarios:

LaCuarent dijo...

Por algun lado niña seguro que alguno quedará ño malo es que son muy pero muy pocos y ellos lo saben
Un beso

Ale Odar dijo...

MIENTRAS ME TOCAN MALOS...QUE HARE? HABRA QUE ARRIESGARSE Y BUENO, MIRANDOLO POR EL LADO BUENOS...MAS TEMAS PARA EL BLOG...

nigcinot dijo...

Rara vez, si acaso sucede, hay una relación directa entra lo que nos hace feliz y entre lo que es bueno para nosotros. Y si no estás de acuerdo, llévame a un psiquiatra porque yo si estoy jodido.