domingo, 14 de agosto de 2011

Bollywood

¿Qué hace que te enamores de una persona? ¿Existe aún el amor a primera vista? A cierta edad podría decir que hemos sido infectados con una enfermedad que le sumó malicia al alma, hemos aspirado el humo de la quema del romanticismo y nuestros pulmones están inflados de un escepticismo amoroso. Un equipaje emocional atribuido a la lista de relaciones fallidas. Perdemos la ilusión debido a los eventos desafortunados que nos convierten en escépticos del amor, lo que me lleva a la pregunta ¿Cuál de todos los hombres con los que me he involucrado arruino esto del amor para mí? Es como la historia del perro callejero, muerde porque fue maltratado y ya no le quedaron más ganas de mover la cola ¿Somos victimas acaso de malos y abusivos dueños?

Me encontraba trabajando en un Hostel en la ciudad de Córdoba, a kilómetros de mi hogar y temiendo por mi vida. Sucede que cuando estas lejos de tu país no sólo extrañas a tu familia, amigos o la comida sino que empiezas a preocuparte por el trámite que sería repatriar tus restos en caso de que seas asesinada o víctima de un accidente. Compartía el cuarto con un Hindú, eso explica el olor exagerado a curry que perfumaba el ambiente. Una noche me  sentí atrapada en una escena de Slumdog millionaire mientras mi compañero de habitación, quien sólo me había visto dos veces me declaraba su amor eterno y me ofrecía llevarme en el lomo de un elefante a recorrer el mundo al compás de la danza de los siete velos. De pronto, en un acto osado se levantó y se sentó en mi cama, sinceramente no presté atención a lo que decía ya que estaba sumamente concentrada en el anillo dorado que lucia en la mano izquierda. Cruzaba los dedos por no ser sexualmente agredida – en especial por un hombre con anillo (siempre los deteste). Mi tragedia sólo podía ser adornada por una legión de bailarines haciendo una coreografía al más puro estilo de bollywood ¿Cuando dejamos de creer en la línea: “eres la mujer más bella que jamás he visto”? Definitivamente, dejas de creerlo cuando un hombre con olor a Faláfel intenta seducirte con ese argumento barato.

Los días posteriores decidí no dormir y así custodiar mi "tesorito". Me quedaba abriendo la puerta hasta llegado el amanecer y sentía el olor de la quema de preservativos, ya que al lado del hostel había una especie de prostíbulo.

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