lunes, 24 de septiembre de 2012

Bloody Mary

No puedo juzgar las costumbres de cama. Desde la “lluvia dorada” hasta los que practican la orinoterapia, son individuos que jamás comprenderé. Regreso a mi idea inicial (ya que siempre tiendo a divagar) y comparto mi horror ante la práctica del sexo oral durante la menstruación (CORRECIÓN: COMPARTO MI HORROR ANTE CUALQUIER PRACTICA SEXUAL DURANTE LA MENSTRUACIÓN). En definitiva, la última oración debe generar caras de asco entre alguno de los lectores. Sin embargo, y como escribió un muchacho (ligeramente ordinario): “EL QUE NUNCA PROBÓ KETCHUP, MIENTE”.

Para variar y cuando tengo alguna duda sobre el universo sexual, recurro a “x” quien muy suelta de huesos me dijo que la técnica del “payasito” es una práctica muy común. En mi pequeña investigación sobre los “zorros sandilleros” tengo que asumir que a algunos hombres les gusta la carne término medio con sus buenas gotas de sangre para decorar el plato.

No, no significa que no viva mi sexualidad al máximo pero no me excita la idea de una fiesta comunista entre mis piernas, es casi como tener relaciones en medio de una escena del crimen. Imagínense, luego de toda la fricción mis sabanas se convertirían en un tributo blanquirojo a Jackson Pollock auspiciado por uterocolors. La única forma de que admita las “narices rojas” en un hombre, es si se apellida Cullen y actuó en la saga de “Crepúsculo”.

Según la leyenda, si te paras frente al espejo y dices “bloddy Mary” tres veces . Aparecerá, te matará y te desfigurará la cara… quizás y todo el tiempo la sangrienta María solo quería algo de acción.