lunes, 7 de mayo de 2012

"Mala"


Bien dice la canción: “Víbora, ese nombre te han puesto, porque en el alma llevas el veneno mortal”. Debo de decir que por primera vez en mucho tiempo me siento sumamente halagada, en mis 24 años de vida jamás había sido tildada de “mala” ¿Qué es ser realmente “mala”? Quisiera tener una definición para asimilar mi nueva condición de villana.

Debo admitir que este nuevo adjetivo que acompaña mi nombre me causa cierto conflicto porque existen categorías, creo yo, en la amplia gama de la maldad ¿Soy de las malas que matan y queman pequeños animales en rituales? ¿De las que juegan con el corazón de inocente hombres y luego se los comen? ¿De las que gritan “maldita lisiada” a mujeres en sillas de ruedas? O ¿de las que compran pequeños pececitos y los sacan de las peceras para verlos asfixiarse?

Tal parece que si fuera parte del reino animal, sería un depredador tan cruel que no mataría por necesidad sino por el puro placer de aterrorizar a mi presa y darle una muerte lenta.  ¿Por qué este nuevo atributo a mi persona? Luego de una pequeña reflexión mientras comía un pan de miga con pollo y piña tuve una epifanía, tiene sus ventajas ser percibida como “mala”, es decir, caminas por una calle solitaria a altas horas de la madrugada y te topas con un hombre desaliñado sosteniendo algo que, a lo lejos, parece una navaja ¿sigues caminando o huyes? En conclusión, esta maldad que, de acuerdo con mis detractores, luzco y se siente en mi respiración puede ser mas una aliada que una enemiga. Puede que ser temida, en ciertos casos, pueda ser más conveniente que ser querida.

Regresando a una lección tan inocente y básica: no siempre vas a caerle bien a todo el mundo y sólo debe de importarte lo que la gente que, en realidad te interesa, piense de ti. La profesora de inicial no se equivocó.