sábado, 17 de septiembre de 2011

5 de Enero

¿En qué parte del enamoramiento una se convierte en portadora de la “Buena nueva”? El amor te vuelve un capítulo parlante de un libro de Deepak Chopra o Paulo Coelho. Un positivismo invade el torrente sanguíneo y para el resto de las que aún esperamos sentadas a que nos inviten a bailar esto resulta tan tedioso como un evangelista tocando el timbre un domingo a las 7 de la mañana para convertirte y salvarte de las garras del fuego eterno.

Una de las peores pesadillas de una soltera es salir con una “convertida” – dícese de la mujer amargada que no creía en el amor hasta que se emparejo con un ente masculino. Desde mi vasta experiencia como soltera profesional, escuchar a una mujer enamorada parlotear acerca de su magnífica relación amorosa es equivalente a salir a comprar ropa con una mujer escultural y que al mirarse al espejo, diga - en tono negativo: “este vestido me hace ver muy delgada” – mientras una va por la enésima dieta a base de alcachofa con boldo en lo que va del año, sin resultado alguno. Más aún, cuando lo más cercano que tuviste a una cita durante la semana fue tomarte un café con tu papá.

Conversaba con una amiga, regresábamos de una noche de parranda, de pronto, me miró y me dijo: “Me cansé de estar sola”.

Recuerdo una noche haber vuelto a casa, sacarme esos tacos incómodos, que nos ponemos para estilizar la figura; quitarme el maquillaje porque “Cosmo” dice que, de no hacerlo, causa envejecimiento y luego meterme a la cama, cerrar los ojos y decir, en voz muy baja “¿Dónde estás?” . Lo que no atiné a decirle ,en su momento, a mi amiga es que su “alguien” existe sólo que aún no se conocen. Por otro lado, debo de decirle a su “alguien” que apure el paso porque ella está empezando a pensar que su existencia es tan real como lo es "papa Noel", "el conejo de pascua" y " el hada de los dientes".


“(…) Pero no amo tus pies
Sino porque anduvieron
Sobre la tierra y sobre
El viento y sobre el agua
Hasta que me encontraron”
(Pablo Neruda Fragmento “Tus pies”)

La noche que lo conocí podría recitarla de memoria y manejarla sin manos. La noche en que yo perdí un avión y él me pidió un cigarro siendo “no fumador”.

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