domingo, 13 de noviembre de 2011

Del 1 al 10

“¿Del uno al diez cuanto le pondrías?” Al parecer existe un sistema numérico para determinar si una persona es atractiva o dueña de “una gran personalidad” ¿Quién determina esta escala? ¿Qué estándares debemos de considerar antes de dar una calificación? ¿Acaso “bien aventurados serán los guapos porque de ellos será el reino de los cielos”?

Por otro lado, ¿no sería acaso más fácil si cada uno llevara un número en el pecho indicando la clasificación en la que se encuentra? Deberían de entrenar a las parteras, doctores y a todo el departamento de obstetricia para que le den la noticia a la madre, a los minutos que el bebé ah llegado al mundo, con un gran sonrisa “Señora, usted ha parido un sólido seis”. Por otro lado, nos ahorraríamos miles de desilusiones amorosas al saber a qué número nos estamos enfrentando, de tal manera al entrar a un bar o discoteca los rechazos no serian tan dolorosos. Sería tan simple, acercarte a un muchacho y decirle “Hola guapo, yo soy una cinco, tú eres cinco y afrontémoslo jamás lograremos un diez a menos que nos juntemos”. Incluso, al dar consuelo a nuestras amigas, realmente podríamos decirle “tú eras mucho para él”- considerando una relación entre un siete (ella) y un cinco (él).

En este mundo hipotético donde cada persona está clasificada de acuerdo a su atractivo físico ¿descartamos y priorizamos la belleza por encima del valor verdadero de la persona? ¿No es acaso la belleza algo pasajero? ¿Lo esencial es invisible a los ojos? Hacer este tipo de preguntas resulta tan ingenuo como un “uno” tratando de enamorar a un “diez” – a menos que este “uno” sea una mujer poco atractiva y autóctona -las que buscan el "american dream" y la única tarjeta que buscan sacar es la "green"- caminando de la mano con un Holandés - porque ser de ojos azules y rubio es garantía de belleza, para muchas personas-, guapísimo y coleccionista de huacos retrato o adicto al arte local.

Escuchaba a una de mis amigas decir “no me importa como sea con tal de que despierte mis más bajas pasiones”. Cuando te enamoras tiras los números naturales al tacho y te importa poco si el resto del mundo ve un uno porque tú ves un fuerte y vigoroso diez.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Nostalgias

Hay días que pienso en ti, menos mal esos días son cada vez menos frecuentes, ¿Olvidamos del todo? Si asistiera mañana a una convención de mis “ex amores”, me pasearía por todo el lugar preguntando a cada uno "¿Qué tal? sácame de una duda ¿y nosotros por qué nos queríamos? ¿Puedes hacerme recordar qué hizo que me enamorara de ti? Y una pregunta más ¿Por qué te deje de querer?" Luego tendríamos una gran foto grupal y palabras significativas a cargo del ex más antiguo y fundador de la asociación anónima y sin fines de lucro “yo también estuve con ella”.

Estaba sentada en un bar conversando con una amiga cuando, de pronto me sorprendió con la pregunta “¿rees que sea ÉL?”. Desde que tengo memoria, mi madre me prometió “una persona”. Es decir, que entre los siete mil millones de habitantes uno sería mío y cada vez que me veía en los ajetreos del fin de los romances, me daba ánimos en mis ensayos y errores. Soy de la pocas personas que aún creen que “cuando algo va a ser para ti, será para ti” – aún no sé cómo pero estoy intentando probar la conspiración mundial para que dos personas crucen miradas y se encuentren en el lugar y hora indicada. Después de haberme topado con “ÉL” en distintos modelos, tamaños y colores, sólo me queda decir “ojalá y ,esta vez, sea”.

Hay tardes que traen a la memoria, al chico de la polera azul que seguí una mañana sólo para mirarlo un rato más, al que mandaba a su madre a comprarme los regalos de aniversario y mientras rompía el papel me preguntaba ¿qué te compró mi mamá?, al que se ponía camisa en todas las salidas porque prestó atención al oírme decir “cuando un muchacho está interesado en una mujer, se pone camisa en la primera cita”, al que me escribió una canción, al que me dedicó una canción en uno de sus conciertos y logró que me sonroje , al que se sentó fuera de mi casa por tres horas cargando un ramo de girasoles , al que dijo que adoraba a los gatos y les tenía alergia, al que logró hacerme sentir única, al que me enseñó a tocar “feliz cumpleaños” en piano para justificar el tatuaje de nota musical en mi antebrazo, al que intento enseñarme a andar en bicicleta y al que me llevó a volar una cometa.

Una persona ,entre siete mil millones, es mía.

domingo, 30 de octubre de 2011

Aviso de servicio público

Es mi deber como miembro activo de la sociedad femenina poner en alerta a mis congéneres sobre la amenaza latente que hoy ataca a la ciudad. Un monógamo serial que padece de un agudo caso de misoginia anda suelto. El individuo en cuestión, escoge cuidadosamente a sus víctimas, mujeres de cabello oscuro de entre 20 y 25 años de edad de preferencia de su mismo entorno social.

El modus operandi de este sujeto cuya identidad se mantendrá en el anonimato por cuestiones de seguridad, consiste en salir a lugares de esparcimiento o reuniones sociales con su víctima durante largos periodos de tiempo. Los sitios que suele frecuentar con las inocentes jovencitas son, mayormente, cines – donde no asista una gran cantidad de gente ni infantes, ya que, el nivel de tolerancia del victimario es bajo y puede llegar a tonarse agresivo si es interrumpido durante la proyección del filme, heladerías – donde aprovechará el mínimo incidente para amenazar con una denuncia al departamento de sanidad para así no pagar por su consumo-, bares – donde consumirá grandes cantidades de alcohol para tomar valor, para así besar o abrazar a la incauta mujer que lo acompaña (comportamiento que jamás tendría en estado de sobriedad)

Este criminal tiene una aversión por las relaciones amorosas y a penas nota en su victima pretensiones por "formalizar", inmediatamente dará fin a la relación tildándola de "complicada" y acusando de armar "dramas adolescentes" a su inocente presa. Sólo esperemos que en este desadaptado social no se aplique el termino "saliente maduro, maricón seguro".

Hace unos días me enteré que “misoginoboy”, defensor de la soltería y paladín enmascarado de las relaciones abiertas, atacó nuevamente. Es curioso hace más de un año me encontraba preguntándome “¿Qué hice mal?” o , la pregunta aún más patética “¿Qué anda mal conmigo?”. Me sentía como esos niños pequeños ,en medio del divorcio de los padres, que caen en la pregunta “¿Mami, papi se fue de la casa porque fui malo?”. Sin embargo, luego de un tiempo y con las heridas cicatrizadas me doy cuenta que no perdí nada (quizás algo de tiempo).

Misoginia es la aversión u odio a las mujeres, o la tendencia ideológica o psicológica que consiste en despreciar a la mujer como sexo y con ello todo lo considerado como femenino

martes, 25 de octubre de 2011

¿Qué somos?

Cuando tenía catorce años, un chico me invitó a salir, de inmediato corrí a preguntarle a mi madre “¿Mami, tú crees que le gusto?” Ella tan dulce, me miró, acarició mi rostro y me dijo “No mi amor, tu papi y yo le estamos pagando en cómodas cuotas para que te saque a pasear”.

Conforme pasan los años, “¿qué somos?” deja de ser una pregunta de corte existencialista y es aplicada al rubro romántico. Al parecer existe una presión social por definir una relación. No obstante, hoy en día no solo basta con saciar a las masas y decir públicamente “somos enamorados” sino que es necesario anunciarlo vía redes sociales.

Conversaba con una de mis amigas y me pedía ayuda para preguntar el, tan temido, “¿Qué somos?”. Antes de seguir con la conversación, tuve que ser clara en un punto y es que a un hombre no lo encillas ni pasa por un proceso de doma. En el amor no hay grises y la "obligación", definitivamente, no es parte de la mezcla.

Cuando te enamoras de alguien y alguien se enamora de ti, es un proceso muy básico donde “es complicado” queda fuera de discusión. Recuerdo haber caído en la pregunta “¿qué somos?”, él me miró y me dijo “somos enamorados pero al resto de la gente le sería difícil entender” ¿qué era exactamente difícil de entender? y ¿desde cuando se trataba de una relación entre él,la gente y yo? Entonces, lo abracé, me quedé en silencio y supe que no sería la persona para mí.

La persona que se enamoré de mí va a gritarlo a los cuatro vientos y va a coger mi mano frente a un público de veinte mil. No va a tener miedo de decirme que me quiere – aún cuando sepa que alguien más está escuchando. Se va a poner rojo cuando camine por la calle y escuche que le gritan un “Te quiero”, voltee y me vea de lejos y cuando le pregunte ¿Qué somos? Me responderá “Somos lo que tú quieras que seamos, mientras estemos juntos”. Definitivamente, planeo enamorarme de un atrevido que no conozca de "medias tintas" ni le tenga miedo a los "siempres".

lunes, 17 de octubre de 2011

Alquilada

Cuando tienes enamorado eres como un artículo en una exposición de arte con el cartel de “separado”. Es decir, ¿Por qué siguen exhibiendo el artículo si ya tiene comprador? Ser enamorada es como ser una casa alquilada ¿aún estamos a la venta o se amplia el contrato de alquiler? Es que el hecho de que una se encuentre en una relación, no quiere decir que estés fuera de circulación.

Conversaba con una amiga y me explicaba que de acuerdo con ella no tenemos solo una media naranja. Quizás este mito de la media naranja es un complot para erradicar la poligamia en la sociedad y proviene de los mismos creadores del "alma gemela".

Al minuto que entras en una relación ya nada es igual. ¿Es necesario decir “tengo enamorado”? ¿Por qué el detalle de decir que se tiene enamorado es relevante cada vez que conoces a un chico nuevo? En mi vida he conocido miles de hombres y no ando por ahí dejando en claro que tengo madre, padre o hermanos. Por otro lado ¿no es acaso pretencioso andar divulgando que se está en una relación? ¿Por qué asumir que cada pobre e inocente muchacho que te invita a salir busca "algo" de caracter emocional o carnal contigo? Es decir, al anunciar que se está en una relación, implícitamente se está diciendo “estoy reservada, estás perdiendo el tiempo”.

Decir “tengo enamorado”, te marca con un sello de advertencia para que cualquier posible baile de apareamiento de otro macho sea en vano. Sin embargo, existen los persistentes, un amigo solía decir: “tiene enamorado pero no está casada”.

Cuando tienes enamorado ya no puedes decir “conocí a un chico (…)” porque de inmediato una de tus amigas sale con la pregunta: "¿y le dijiste que tienes enamorado?" ¿Desde cuándo tener enamorado se convirtió en una discapacidad social?
¿Es que acaso no existen las amistades entre ambos sexos sin que todo tenga que girar en torno al sexo? Apuesto que si digo “conocí a una chica (…)” nadie tirara la pregunta: ¿y le dijiste que tienes enamorado?

lunes, 10 de octubre de 2011

Primera Cita

Las primeras citas son salidas de carácter fiscalizador, te vas a la guerra en pro de la reproducción de la especie con las manos frías, el cabello cepillado y un vacío inexplicable en el estómago. Llega una edad en que tus amigas se empiezan a casar y a tener hijos ¿es que acaso la madre naturaleza está intentado decir algo? El reloj biológico avanza y mi vida amorosa sigue igual de inestable que cuando tenía quince años. Me he convertido en un cachorro viejo en vitrina, de esos que ya ni entran en la jaula de la tienda de mascotas.

Es curioso eso de las relaciones largas, acostumbrarte a otra persona. “Conversar con él es como un domingo por la mañana”, por el contrario, cuando recién conoces a alguien se siente como ponerte un vestido apretado y tacos super altos. La primera salida se equipara a una entrevista de trabajo, es decir, existe un protocolo. Si recibes la siguiente llamada luego de la primera cita es como si te dijeran “Usted pasó a la etapa de pre- selección” ¿a qué número de salida eres elevada al puesto de “saliente”? ¿Ser “saliente” tiene algún beneficio? ¿Seguro dental? ¿Planilla? ¿Bono navideño?

Mi prima le dió fin a su relación, luego de pensarlo mucho prefirió decirle el conocido “no eres tú, soy yo” - de hecho era él- a lo que él respondió que había tenido que librarse de mil mujeres para estar con ella ¿debía agradecerle por haberla convertido en “la afortunada”? Luego de un par de semanas decidió regresar al ruedo, pareciera que los machos sienten en el aire tu soltería y se alejan del olor a “hembra no deseada”.

Gracias a los medios tecnológicos, las citas ahora pueden ser monitoreadas por tus amigas. La protagonista de esta historia, mi prima hermana, quien no duda en consultar a su blackberry buscando el consejo femenino cuando una de sus citas choca un iceberg y el silencio se vuelve inminente. En caso la cita fracasé siempre existe la maravillosa fantasía de involucrarse con el guapo camarero de su café preferido, se deleita imaginando todos los cafés gratis que conseguiría.

Siempre que converso con un chico, por primera vez, gasto mis comentarios más ingeniosos y a la siguiente salida no encuentro la manera de superar al “yo” de la salida anterior. Llega un momento en toda primera salida cuando pareciera que flotas fuera de tu cuerpo y eres consciente de que lo estás haciendo todo mal pero no puedes parar, ataques de verborrea.

En toda primera salida, existe un pico alto de perfección es ese en el cual debes de inventar lo que sea para salir corriendo y asegurarte la llamada de la pre selección .Aunque siempre están esas salidas donde regresas a tu casa y empiezas a flotar por el suelo con tus manos frías, el pelo cepillado y un vacio en el estomago que no se va.