martes, 3 de agosto de 2010

"El que la sigue la consigue"

¿Para lograr algo hay que insistir? Nunca he sido una persona persistente, en cuestiones de amor tengo las cosas muy claras. Mi filosofía me ha salvado de triángulos amorosos y andar tratando de convencer a alguien de por qué debe de escogerme me parece la peor estrategia del mundo. No logro comprender a las mujeres que luchan por su hombre y se atreven a meterse en relaciones llamando por teléfono o mandando mensajes de texto citándolo en lugares bajo la excusa de que sólo quiere verlo porque aunque hayan pasado los años y el tenga novia ¿aún somos amigos, no? Cuando me he encontrado con mujeres “luchadoras” en mi camino y han tratado de empezar una competencia de “vale todo” por el hombre en cuestión he optado, sanamente, por hacerme a un lado. Se trata de tener claro que él no es el premio, tú eres el premio y no se hable más. Si él te quiere en serio no lo pensara dos veces y mandara al diablo a “la luchadora” aquella muchacha que busca probar, patéticamente, que es la mejor y más apta para procrear pero sólo tiene graves problemas de autoestima y quizás no haya recibido suficiente atención por parte de su padre cuando era niña.

Dejo claro que no aprecio la perseverancia en las mujeres cuando de conquistar se trata. Crecí con mi papá repitiendo “lo hombres saben para que es una mujer y para qué son otras” o en buen cristiano, los hombres saben que mujeres valen la pena y que mujeres son para pasar el rato. Si eres una mujer que vale entonces no lo dudes y oblígalo a que se vuelva necio, total, si te quiere a ti que le cueste y que la sude. A los chicos parece gustarle el reto y mientras más difícil sea, más interesados están. Si es que se dan por vencidos de arranque significa que no están listos para jugar en las ligas mayores y sólo querían jugarse una pichanga de fin de semana, es decir, querían alguien para pasar el rato y cero compromiso.

“Donde pone el ojo, pone la bala”, llega una edad donde no te vas con medias tintas. Quieres un hombre y no un niño. Uno que sea lo suficientemente macho para atreverse y no andar insinuando que quiere salir contigo o el famoso “llámame si alguna vez quieres hacer algo” ¿de verdad creen que llamare? Tendría que estar desesperada o loca para llamarlo yo. Si él quiere salir conmigo que llame él, total tiene mi número.

Existen los que se atreven y luego a la hora de la verdad entran en ataque de pánico con la sola idea de tener que salir en una cita contigo a solas ¿Qué les pasa? Conocí a un muchacho que insistió para salir conmigo. Fue tanta su insistencia que, francamente, despertó un interés en mi, así, que ni lenta ni perezosa le dije que sí. Llegado el momento decisivo creo que una fuerza divina le reveló que tendría una cita con “el bebé de Rosemary” porque se apareció con su amigo, solo faltaba que se cogieran de la manito para no perderse. Me sentí un poco aturdida pero decidí pensar lo mejor, posiblemente necesitaba un poco de valor y en un rato despacharía al acompañante. Una vez encaminados en la cita y luego de una hora, seguíamos siendo los tres, media hora más tarde y con un aburrimiento extremo mi “valiente” galán empezó a llamar compulsivamente a más chaperones (¿Cómo si con uno no fuera bastante?). Después de que logro conseguir un quórum masculino de “machos apoyando machos porque tememos a las hembras” nos dirigimos a un grifo donde se desarrollo la peor conversación del planeta basada en carros y en toros ¿Qué me sucedió? ¿Por qué diablos no invente que tenía que ir a salvar ballenas en el polo norte? Cualquier cosa para irme de allí. Hay situaciones que te dejan tan anonadada que no sabes cómo reaccionar y me bloquee, totalmente. Creo que entre los hombres se cuentan la leyenda urbana de que si te quedas conversando con una mujer a solas por más de dos minutos te empieza a salir vagina.

De los muchos especímenes con los que he salido uno de mis favoritos es “el cancelador”. Ese chico que adora cancelarte al último momento. Yo comprendería a este si tan sólo existiera una prueba de que yo tuve la iniciativa y lo puse en aprietos con mi insistencia que no le quedo otra opción que aceptar la salida. Pero, nadie los obliga es más insisten y presionan para que a las finales se echen para atrás. Otra cosa son las excusas inventadisimas que insultan mi intelecto, es decir, si van a mentir que lo hagan bien y se tomen el trabajo de elaborar una mentira verosímil. Me cancelo una hora antes de la salida ¿Qué los hombres no saben nada de mujeres? Así no estemos interesadas en el muchacho igual nos tomamos el trabajo de emperifollarnos, en mi caso, peluquería, algo de maquillaje y el asqueroso trabajo de pensar qué diablos ponerme ¿Aún así me plantan? Creo que los hombres deberían saber cuántas molestias se toma una para salir a una cita y no lo tomarían tan a la ligera. Por el contrario, se esforzarían el doble por hacer que pasemos uno de los mejores momentos de nuestras vidas.

Otro tipo de galán de poca monta y creo que el más peligroso es el de las “eternas salidas”. Ese que siempre te invita salir y nunca te dice nada, es más, ya no sabes cómo insinuarte al “eterno pretendiente”. Todo indica que le gustas pero, al mismo tiempo, no da señal alguna de cortejo. Salí durante un año con un “eterno pretendiente” incluso conocí a su familia y lo acompañe a un viaje a su pueblo natal, aguante a su tía solterona y a otra que se puso a llorar mientras se depilaba las cejas con cera y sufría por las infidelidades del esposo, soporte que su primito tire por el wáter mi cepillo de dientes y, por último, compre una obscena cantidad de pan y queso para los parroquianos que estaban al mando de su tío sacerdote ¿todo para qué? Eventualmente dejamos de salir yo estaba harta del “calienta, calienta pero no prende”. Dos meses después me entere que había conseguido una novia, que indignación.

Cada vez que un chico no me hace caso mi mamá me consuela con la teoría de que debe de ser homosexual. La verdad me gustaría aferrarme a esa idea pero luego recuerdo quien lo dice y regreso a la realidad de otro amorío fallido. Creo que en cierto momento llega tu igual y simplemente ambos lo saben y por cosas de la vida, todo simplemente funciona sin forzar nada ¿Cuándo encontraré a mi igual?

2 comentarios:

Viany dijo...

jajajajaja puedo ponerle nombre a esos machos??? jajajajajajaja

Ale Odar dijo...

No lo merecen! jajajaaja por maricones!